Coworking: ¿tendencia o modelo de trabajo?

En las grandes ciudades estamos acostumbrados a ver carteles de espacios multiusos y de coworking en los barrios más representativos y emblemáticos.

Tendemos a asociar este tipo de espacios con trabajadores freelance, jóvenes, que buscan espacios dinámicos en los que conectar con otros profesionales con los que compartir, además de una oficina, experiencias vitales.

El primer espacio de trabajo compartido, antes, incluso, de identificarlo con el nombre «coworking», surge en Berlín en 1995. A lo largo de finales del siglo veinte y primeros dos mil en Nueva York empiezan a proliferar oficinas compartidas en paralelo a las que surgen en Europa con bastante fuerza.

El siguiente gran hito se sitúa en el año 2007, con la entrada en escena de Google, cuando podemos empezar a tener datos de búsquedas y tendencias a nivel mundial. El coworking en esta fecha es claramente un término en tendencia junto a otros como «nómadas digitales», «oficina compartida» y «espacio de trabajo compartido».

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Hoy podemos afirmar que lo que en un primer momento fue una moda seguida por unos cuantos, se convirtió en tendencia a nivel internacional, hasta convertirse en un modelo de trabajo consolidado en las grandes ciudades -y hoy ya también en otras poblaciones y localidades- donde cada vez más se valora la conexión con nuestros vecinos, la creación de comunidad y de red profesional y personal.

BENEFICIOS DEL COWORKING

  • Los espacios coworking, son espacios colaborativos donde es fácil encontrar y fomentar sinergias entre los usuarios del coworking.
  • Además de la compañía y el ambiente de trabajo, en un coworking se fomentan las oportunidades profesionales y personales entre los miembros.
  • La flexibilidad de horarios y de puestos, además de un precio más bajo que si se alquila una oficina, hace que cada vez más trabajadores busquen estos espacios como su espacio de trabajo habitual.
  • Se evitan distracciones domésticas como el perro, la lavadora o la nevera. Y nos «obligamos» a quitarnos el pijama y trabajar las relaciones sociales: net-working.
  • Son frecuentes y muy valorados servicios adicionales como café, eventos afterwork, charlas temáticas, etc.

DESVENTAJAS DEL COWORKING

  • En algunas ocasiones, o para algunas conversaciones telefónicas puede acusarse cierta falta de intimidad. Esto es fácilmente solucionable si en el espacio se dispone de salas de reuniones o zonas ajardinadas donde conseguir ese momentito de intimidad si se necesita.
  • Hay trabajadores que alargan su jornada laboral o son más eficientes a determinadas horas en las que el coworking puede no estar abierto. Esta desventaja puede suponer una ventaja para aquellos indisciplinados a los que les venga bien la rutina de un equipo. O, simplemente, pueden asistir al coworking aquellos días o a aquellas horas que les convenga. La flexibilidad está servida
  • Distracciones: después de mucho tiempo en la intimidad y silencio de una casa, puede costar acostumbrarse al ruidillo de fondo típico de una oficina. Sin embargo, este ambiente de trabajo favorece la concentración y ayuda, precisamente a evitar otras distracciones. Tomar un café mientras compartes con tu «colega» cualquier inquietud, o alegría, no es una distracción, es compartir y favorece la salud y bienestar del trabajador.

 

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En definitiva, incluso las desventajas pueden ser vistas como beneficios. Y tú ¿qué opinas? ¿has usado este tipo de espacios de trabajo? ¿te apetece probarlo?