Desconectar para... ¿conectar?

Cuántas veces oímos y decimos la frase «necesito desconectar». En época de vacaciones parece que es nuestro principal objetivo: desconectar de todos aquellos factores estresores que forman parte de nuestra rutina. El trabajo, los horarios, los objetivos y exigencias de nuestro día a día nos envuelven y arrollan en una dinámica que puede convertirse en una espiral sin salida si no sabemos «desconectar».

Pero, ¿es realmente desconectar lo que necesitamos? Démosle la vuelta al término y busquemos «conectar»: conectar con nosotros mismos, con la naturaleza, con las relaciones personales y familiares, con nuestra esencia… No huyamos de las cosas, busquemos aquellas que nos reconforten y que nos hagan sentir bien. Así todo encajará mejor.

Si te tomas unos días de descanso, aprovecha para trabajar desde la búsqueda y no desde la huida. Conecta.

Si todavía están lejos tus vacaciones, prepáralas mentalmente, anticipa, visualiza. Conecta con todo aquello que te hace sentir bien.

Camina media hora al aire libre. Dedica diez minutos a mirar por la ventana. Prepárate una infusión o un café y sé consciente de su aroma antes de tomarlo. Obsérvate respirar, sin cambiar nada, sólo obsérvate. Cada uno en la medida de sus posibilidades, pero siempre con una norma común al alcance de todos: móvil apagado.

Nosotros este año nos tomamos unos días para ampliar horizontes, cambiar la rutina, seguir imaginando y olvidarnos del reloj. Te esperamos a la vuelta para compartir contigo una de las etapas -seguro- más ilusionantes de nuestro proyecto.

¡Feliz verano!

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